!Cuánto lamento que mis zapatos hayan dañado el musgo lozano! Llamo a la puerta de madera, una y otra vez, sin respuesta. Afortunadamente, nada podrá encerrar a la Primavera que en el jardín rebosa: Una flor de durazno arrebolada se asoma por encima de la tapia.
!Cuánto lamento que mis zapatos
ResponderEliminarhayan dañado el musgo lozano!
Llamo a la puerta de madera,
una y otra vez, sin respuesta.
Afortunadamente,
nada podrá encerrar a la Primavera
que en el jardín rebosa:
Una flor de durazno arrebolada
se asoma por encima de la tapia.
YE SHAOWENG
(Siglos XII-XIII)